Invocación al Espíritu Santo:
Entremos en la presencia del Señor
(hacer la señal de la cruz)
¡Espíritu Santo! con tu fortaleza lleva mi corazón ante Ti, y dame caridad con temor. Jesucristo líbrame de todo mal pensamiento, enciéndeme e inflámame de tu dulcísimo amor, para que toda pena me parezca ligera. Santo Padre nuestro y dulce Señor nuestro, sé mi ayuda en esta actividad, Cristo Amor, Cristo Amor, Amén.
(oración Santa Catalina de Siena)
Lectura orante de la Palabra:
Del libro de los Hechos de los Apóstoles.
(Se debe leer pausadamente)
" 1 Saulo, que todavía respiraba amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, se presentó al Sumo Sacerdote
2 y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de traer encadenados a Jerusalén a los seguidores del Camino del Señor que encontrara, hombres o mujeres.
3 Y mientras iba caminando, al acercarse a Damasco, una luz que venía del cielo lo envolvió de improviso con su resplandor.
4 Y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: «Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?».
5 El preguntó: «¿Quién eres tú Señor?». «Yo soy Jesús, a quien tú persigues, le respondió la voz.
6 Ahora levántate, y entra en la ciudad: allí te dirán qué debes hacer».
7 Los que lo acompañaban quedaron sin palabra, porque oían la voz, pero no veían a nadie.
8 Saulo se levantó del suelo y, aunque tenía los ojos abiertos, no veía nada. Lo tomaron de la mano y lo llevaron a Damasco.
9 Allí estuvo tres días sin ver, y sin comer ni beber.
10 Vivía entonces en Damasco un discípulo llamado Ananías, a quien el Señor dijo en una visión: «¡Ananías!». El respondió: «Aquí estoy, Señor».
11 El Señor le dijo: «Ve a la calle llamada Recta, y busca en casa de Judas a un tal Saulo de Tarso.
12 El está orando y ha visto en una visión a un hombre llamado Ananías, que entraba y le imponía las manos para devolverle la vista».
13 Ananías respondió: «Señor, oí decir a muchos que este hombre hizo un gran daño a tus santos en Jerusalén.
14 Y ahora está aquí con plenos poderes de los jefes de los sacerdotes para llevar presos a todos los que invocan tu Nombre».
15 El Señor le respondió: «Ve a buscarlo, porque es un instrumento elegido por mí para llevar mi Nombre a todas las naciones, a los reyes y al pueblo de Israel.
16 Yo le haré ver cuánto tendrá que padecer por mi Nombre».
17 Ananías fue a la casa, le impuso las manos y le dijo: «Saulo, hermano mío, el Señor Jesús –el mismo que se te apareció en el camino– me envió a ti para que recobres la vista y quedes lleno del Espíritu Santo».
18 En ese momento, cayeron de sus ojos una especie de escamas y recobró la vista. Se levantó y fue bautizado."
- Palabra de Dios.
Hechos 9,1-18. (Biblia El libro del Pueblo de Dios - Traducción argentina - CEA 1990)
Estructura del texto:
- Saulo perseguidor de los cristianos vv 1 - 2
- Dios sale a su encuentro vv 3 - 7
- Ceguera de Saulo y ayuno, vv 8 - 9
- Ananías es llamado a ir al encuentro de Saulo vv 10 - 16
- Sanación y bautismo de Saulo como Pablo vv 17 - 18.
Contexto:
(De ser posible túrnense cada punto con diferentes lectores, para que todos participen)
- Tras la diáspora que ocasionó la persecución de los judíos, desatada a partir de la muerte de San Esteban, hemos presenciado algunos de los actos misioneros de los apóstoles. La persecución de los cristianos tiene a la cabeza a Saulo de Tarso, quien marcha hacia Damasco - el lugar más lejano donde había llegado los cristianos en ese momento - y detener la cristiandad desde allí aniquilando a los seguidores del Camino de Damasco hasta Jerusalén. El relato que narra Lucas en Hechos muestra la cercanía de Dios en asistir a su Iglesia y la transformación del corazón del perseguidor al de apóstol.
- "Envuelto en una luz deslumbrante, el Señor se le apareció diciéndole: «Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?», mientras una fuerza misteriosa lo arrojaba al suelo. «¿Quién eres, Señor?», había preguntado Saulo. «Yo soy Jesús, a quien tú persigues» (Hch 9,5). Esta fue la respuesta de Cristo. Saulo perseguía a los seguidores de Jesús, y Jesús le hacía saber que, en ellos, lo perseguía a él mismo, a Jesús de Nazaret, el Crucificado, de quien los cristianos afirmaban que había resucitado. Si Saulo experimentaba en ese momento su poderosa presencia, era evidente que Dios lo había resucitado realmente de entre los muertos. Era precisamente él el Mesías esperado por Israel, era él el Cristo vivo y presente en la Iglesia y en el mundo." ¿Podía comprender Saulo únicamente con su razón todo lo que implicaba ese acontecimiento? Ciertamente, no. En efecto, formaba parte de los designios misteriosos de Dios. El Padre dará a Pablo la gracia de conocer el misterio de la redención, realizada en Cristo. Dios le permitirá comprender la estupenda realidad de la Iglesia, que vive por Cristo, con Cristo y en Cristo. Y él, partícipe de esta verdad, no dejará de proclamarla incansablemente hasta los últimos confines de la tierra. Pablo comenzará en Damasco su itinerario apostólico, que lo llevará a difundir el Evangelio en muchas partes del mundo entonces conocido. Así, su impulso misionero contribuirá al cumplimiento del mandato que Cristo dio a los Apóstoles: «Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes...» (Mt 28,19)." (San Juan Pablo II Homilia 29 junio 2000)
Meditar:
(Iniciar con un momento de silencio para que cada miembro de la comunidad descubra lo que le motiva en el corazón las siguientes preguntas y lo anteriormente leído, y compartirlo en comunidad)
- ¿Qué te llama la atención del texto?
- ¿Qué preguntas hace resonar el texto en tu corazón?
- ¿Eres capaz de contemplar en el fondo del corazón del que persigue el rostro de Jesús?
- ¿Haz experimentado en tu vida el poder de la ternura de Dios que conquista y transforma el corazón humano?
Orar:
Entramos en oración, éste es el espacio para responder a la Palabra de Dios, para agradecer, pedir, discernir lo escuchado en el corazón, y dirigirse directamente al Padre Eterno en el nombre de Jesús que cumple, en medio de nosotros, lo que dijo en el Evangelio según San Mateo: "donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos" (Mt 18,20).
(Se promueve la participación de cada miembro de la comunidad en oración personal, la comunidad se unirá con un "te lo pedimos Señor" o "te damos gracias, Señor")
- Padre Nuestro ...
- Dios te Salve María ...
- Gloria ...