sábado, 3 de febrero de 2024

Hch018 - Las primeras misiones - Discurso de San Esteban (cuarta parte) y martirio Hch 7,51-60 -- 8,2

 Invocación al Espíritu Santo: 

Entremos en la presencia del Señor 

(hacer la señal de la cruz)

¡Espíritu Santo! con tu fortaleza lleva mi corazón ante Ti, y dame caridad con temor. Jesucristo líbrame de todo mal pensamiento, enciéndeme e inflámame de tu dulcísimo amor, para que toda pena me parezca ligera. Santo Padre nuestro y dulce Señor nuestro, sé mi ayuda en esta actividad, Cristo Amor, Cristo Amor, Amén. 

(oración Santa Catalina de Siena)

Lectura orante de la Palabra: 

Del libro de los Hechos de los Apóstoles según San Lucas. 

(Se debe leer pausadamente al menos dos veces, de ser posible por diferentes lectores)

 "51 ¡Hombres rebeldes, paganos de corazón y cerrados a la verdad! Ustedes siempre resisten al Espíritu Santo y son iguales a sus padres.

52 ¿Hubo algún profeta a quien ellos no persiguieran? Mataron a los que anunciaban la venida del Justo, el mismo que acaba de ser traicionado y asesinado por ustedes,

53 los que recibieron la Ley por intermedio de los ángeles y no la cumplieron».

54 Al oír esto, se enfurecieron y rechinaban los dientes contra él.

55 Esteban, lleno del Espíritu Santo y con los ojos fijos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús, que estaba de pie a la derecha de Dios.

56 Entonces exclamó: «Veo el cielo abierto y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios».

57 Ellos comenzaron a vociferar y, tapándose los oídos, se precipitaron sobre él como un solo hombre,

58 y arrastrándolo fuera de la ciudad, lo apedrearon. Los testigos se quitaron los mantos, confiándolos a un joven llamado Saulo.

59 Mientras lo apedreaban, Esteban oraba, diciendo: «Señor Jesús, recibe mi espíritu».

60 Después, poniéndose de rodillas, exclamó en alta voz: «Señor, no les tengas en cuenta este pecado». Y al decir esto, expiró.

8,1 Saulo aprobó la muerte de Esteban. Ese mismo día, se desencadenó una violenta persecución contra la Iglesia de Jerusalén. Todos, excepto los Apóstoles, se dispersaron por las regiones de Judea y Samaría.

2 Unos hombres piadosos enterraron a Esteban y lo lloraron con gran pesar.

3 Saulo, por su parte, perseguía a la Iglesia; iba de casa en casa y arrastraba a hombres y mujeres, llevándolos a la cárcel."

- Palabra de Dios. 

 Hechos 7,51-- 8,3  (Biblia El libro del Pueblo de Dios - Traducción argentina - CEA 1990)

R: - Te alabamos Señor.

Estructura del texto: 

  • Discurso de San Esteban (IV parte)
    • Denuncia al pueblo por resistir al Espíritu Santo 7,51-53
  • Martirio de San Esteban y primera mención de Saulo (Pablo) 7,54-60 -- 8,2
    • Últimas Palabras de Esteban perdonando a sus enemigos 7,60

Contexto:

(De ser posible túrnense cada punto con diferentes lectores, para que todos participen)

  • Aquí termina el discurso de San Esteban, el primero martirizado por testimoniar a Jesucristo resucitado. Es bueno recordar que todo comenzó con una discusión, propiciada por los judíos de la sinagoga de los Libertos que al salir totalmente desconcertados y con el orgullo herido, sobornaron a falsos testigos y excitaron a la turba contra Esteban, que terminó en el Sanedrín, donde la ira de los ancianos y los escribas ya había sido encendida por los que adversaban la predicación de los apóstoles.
  • Esteban respondió a estas acusaciones con una larga relación de las misericordias de Dios hacia Israel y de la ingratitud de la respuesta del pueblo hacia estas gracias del Señor. Aunque su discurso tenía muchas cosas desagradables para el oído de los judíos, la acusación final de haber traicionado y asesinado al Justo cuya venida habían predicho los profetas provocó la rabia de la audiencia formada, no por jueces, sino por enemigos. Y al dar testimonio sobre la Gloria de Dios y Jesús a la diestra de Dios, se precipitaron sobre él vociferando y tapándose los oídos. El pueblo del Shemá, de la escucha, no quiso escuchar. Esteban no quiso callar.
  • La costumbre exigía que las personas que iban a ser lapidadas fueran colocadas en una elevación (del terreno) desde donde, con las manos atadas, serían luego arrojados abajo. Fue muy probablemente mientras estos preparativos se llevaban a cabo cuando, “dobló las rodillas y dijo con fuerte voz: “Señor, no les tengas en cuenta este pecado” (7,59). Mientras tanto los testigos, cuyas manos debían ser las primeras en ponerse sobre la persona condenada por su testimonio (Deut., 17, 7), estaban dejando sus vestidos a los pies de Saulo, para no ensuciarlos de sangre y poder estar mejor dispuestos a la tarea (7, 57). 
  • Al final Esteban, aunque con la corona sobre la cabeza, no presumió de sí mismo, sino que hincó las rodillas; no miraba lo que él merecía recibir en su oración, sino lo que merecían aquellos de quienes quería alejar tan horrendos suplicios. Señor —dice— no les imputes este pecado. (San Agustín 454) San Esteban murió en oración, perdonando a sus enemigos. Siguió perfectamente el ejemplo de su Señor Jesús. 
  • Los cuerpos de los hombres lapidados debían ser enterrados en un lugar designado por el Sanedrín. Si en este caso insistió el Sanedrín en su derecho no podemos afirmarlo; en cualquier caso, “hombres piadosos”, no se nos dice si cristianos o judíos, “sepultaron a Esteban, e hicieron gran duelo por él” (8, 2). 
  • El nombre de Saulo procede de Saúl. Saúl era perseguidor del rey David. Lo que fue Saúl respecto a David, eso mismo fue Pablo respecto a Esteban. Pero luego, tras haber sido llamado desde el cielo —llamado, derribado, transformado— comenzó a anunciar la palabra de Dios como apóstol. Cambió su propio nombre, y se llamó Pablo. ¿Por qué eligió este nombre? Porque Pablo (Paulus) significa poco, pequeño, el menor de los apóstoles. ¡Grandiosos y divinos espectáculos! Quien era perseguidor cuando la muerte de Esteban, se hizo luego predicador del reino de los cielos. Apoyado en la fuerza de la caridad, San Esteban venció la violenta crueldad de Saulo, y mereció tener por compañero en el cielo al que tuvo como perseguidor en la tierra» (San Fulgencio Ruspe, sermón 3).

Meditar:

Entramos en la meditación de lo leído, escuchemos las siguientes preguntas y después de un momento de silencio compartamos en comunidad. 

(Iniciar con un momento de silencio para que cada miembro de la comunidad descubra lo que le motiva en el corazón las siguientes preguntas y lo anteriormente leído, y compartirlo en comunidad)

  • ¿Qué te llama la atención del texto?
  • ¿Qué preguntas hace resonar el texto en tu corazón?
  • Esteban tenía por arma la caridad y con ella vencía 
    • ¿Das tú testimonio de Jesús por amor a Él y al prójimo?
    • ¿oras por tus enemigos?

Orar: 

Entramos en oración, éste es el espacio para responder a la Palabra de Dios, para agradecer, pedir, discernir lo escuchado en el corazón, y dirigirse directamente al Padre Eterno en el nombre de Jesús que cumple, en medio de nosotros, lo que dijo en el Evangelio según San Mateo:  "donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos" (Mt 18,20). 

(Se promueve la participación de cada miembro de la comunidad en oración personal, la comunidad se unirá con un "te lo pedimos Señor" o "te damos gracias, Señor")

Al finalizar todos de compartir su oración, el animador de la comunidad dirá: Oremos confiadamente al Padre la oración que Jesús enseñó a sus Apóstoles:
  • Padre Nuestro ...
  • Dios te Salve María ...
  • Gloria ...

Contemplar: 

Antes de terminar respondamos íntimamente estas preguntas.
¿Qué mirada nueva provoca en mí el texto?
¿Con cuál palabra o frase me quedaría para llevarla conmigo durante la semana?
¿Qué compromiso despierta en mí esta lectura?

Hacer vida la palabra:

Durante esta semana tengamos presente como arma la caridad y procuremos vencer con ella en la cotidianidad.


Despedida.
 Acuérdense de orar los unos por los otros entre semana y hacer caridad a los que más lo necesitan en unión con su párroco.


Bibliografía:
- Aguirre Monasterio, Rafael; Rodríguez Carmona, Antonio. "Evangelios sinópticos y Hechos de los Apóstoles" Editorial Verbo Divino. 2003. Navarra, España.
-Beccarelli Ferrari, Gian Claudio. "Discípulos y misioneros. Según el evangelio de San Lucas". Publicaciones Paulinas SA DE CV. 2010. México
-Abajo, Florencio; García, Eugenio; García, Rocío; Vega, Irene; Velasco, Emilio; dirección de Guijarro, Santiago. "El Evangelio del Espíritu. Cuatro sesiones de formación sobre los hechos de los Apóstoles." Editorial Verbo Divino, 1998. Navarra, España.
- Carrillo Alday M.Sp. S, Salvador. "Los Hechos de los Apóstoles. Al impulso del Espíritu Santo" Instituto de Sagrada Escritura. 1997. México.
- Biblia Clerus. 1994-2010 Congregatio pro Clericis
-Decreto Ad Gentes. Sobre la actividad misionera de la Iglesia. Roma, en San Pedro, 7 de diciembre de 1965. San Pablo VI  https://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_decree_19651207_ad-gentes_sp.html
-Homilia de San Juan Pablo II del 27 de mayo de 1979.
-CEC Catecismo de la Iglesia Católica  - https://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.html
-Constitución Dogmática sobre la Iglesia - Lumen Gentium - 19- 21. Nov.1964 Vaticano II
-Promeros cristianos. https://www.primeroscristianos.com/el-martirio-de-san-esteban/
-https://opusdei.org/es/article/26-diciembre-san-esteban-protomartir/#_ftn10
-https://www.ecured.cu/San_Fulgencio_Ruspe


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