Invocación al Espíritu Santo:
Entremos en la presencia del Señor
(hacer la señal de la cruz)
¡Espíritu Santo! con tu fortaleza lleva mi corazón ante Ti, y dame caridad con temor. Jesucristo líbrame de todo mal pensamiento, enciéndeme e inflámame de tu dulcísimo amor, para que toda pena me parezca ligera. Santo Padre nuestro y dulce Señor nuestro, sé mi ayuda en esta actividad, Cristo Amor, Cristo Amor, Amén.
(oración Santa Catalina de Siena)
Lectura orante de la Palabra:
Del libro de los Hechos de los Apóstoles según San Lucas.
(Se debe leer pausadamente al menos dos veces, de ser posible por diferentes lectores)
"38 Y cuando el pueblo estaba congregado en el desierto, él (Moisés) hizo de intermediario en el monte Sinaí, entre el ángel que le habló y nuestros padres, y recibió las palabras de vida que luego nos comunicó.
39 Pero nuestros padres no sólo se negaron a obedecerle, sino que lo rechazaron y, sintiendo una gran nostalgia por Egipto,
40 dijeron a Aarón: «Fabrícanos dioses que vayan al frente de nosotros, porque no sabemos qué le ha pasado a ese Moisés, ese hombre que nos hizo salir de Egipto».
41 Entonces, fabricaron un ternero de oro, ofrecieron un sacrificio al ídolo y festejaron la obra de sus manos.
42 Pero Dios se apartó de ellos y los entregó al culto de los astros, como está escrito en el libro de los Profetas: "Israelitas, ¿acaso ustedes me ofrecieron víctimas y sacrificios durante los cuarenta años que estuvieron en el desierto?
43 Por el contrario, llevaron consigo la carpa de Moloc y la estrella del Dios Refán, esos ídolos que ustedes fabricaron para adorarlos. Por eso yo los deportaré más allá de Babilonia".
44 En el desierto, nuestros padres tenían la Morada del Testimonio. Así lo había dispuesto Dios, cuando ordenó a Moisés que la hiciera conforme al modelo que había visto.
45 Nuestros padres recibieron como herencia esta Morada y, bajo la guía de Josué, la introdujeron en el país conquistando a los pueblos que Dios iba expulsando a su paso. Así fue hasta el tiempo de David.
46 David, que gozó del favor de Dios, le pidió la gracia de construir una Morada para el Dios de Jacob.
47 Pero fue Salomón el que le edificó una casa,
48 si bien es cierto que el Altísimo no habita en casas hechas por la mano del hombre. Así lo dice el Profeta:
49 "El cielo es mi trono, y la tierra la tarima de mis pies. ¿Qué casa me edificarán ustedes, dice el Señor, o donde podrá estar mi lugar de reposo?
50 ¿No fueron acaso mis manos las que hicieron todas las cosas?"
- Palabra de Dios.
Hechos 7,38-50 (Biblia El libro del Pueblo de Dios - Traducción argentina - CEA 1990)
Estructura del texto:
- Discurso de San Esteban (parte 3 de 4)
- Rebeldía del pueblo de Israel en el desierto 7,38-43
- Morada del testimonio y Arca de la Alianza 7,44-45
- Historia del templo 7,46-50
(De ser posible túrnense cada punto con diferentes lectores, para que todos participen)
- Con Esteban y su grupo de judeo cristianos de lengua griega, empieza a dibujarse un giro cargado de consecuencias, aún cuando la escena siga desarrollándose todavía en Jerusalén (6,1-8,1a). Su predicación, bastante crítica respecto al templo y al pueblo, ya no resulta tolerable; Esteban es lapidado -con la aprobación del joven rabino fariseo Saulo de Tarso- y el grupo se ve obligado a dispersarse (8,1b-4); pero precisamente esta dispersión llevará a los fugitivos a evangelizar sus ambientes judeo-helenistas y hasta cierto punto a entrar también en contacto con los paganos (cf 11-19,26). Pero antes Lucas narra otros sucesos que se relacionan con la persecución de Esteban: la evangelización en Judea y en Samaría (8,1b-49) y la conversión del perseguidor Saulo.
- La respuesta de Esteban (Hechos, 7) fue una larga relación de las misericordias de Dios hacia Israel durante su larga historia y de la ingratitud con que, durante todo el tiempo, Israel correspondió a esas misericordias. Este discurso contenía muchas cosas desagradables para los oídos judíos; pero la acusación final de haber traicionado y asesinado al Justo cuya venida habían predicho los profetas, provocó la rabia de una audiencia formada no por jueces, sino por enemigos.
- Encontramos al pueblo de Israel rebelándose contra la voluntad de Dios, en medio del desierto. En su rebeldía, causada por falta de fe, se salieron del camino marcado por Dios, o sea del propósito que Dios tiene marcado. Esta rebeldía los llevará a levantar otro guía distinto a Dios, poniendo a otro en lugar de Dios (idolatría). El único camino al que conduce la rebeldía es de vuelta a la esclavitud. La obediencia implica humildad, reconocimiento de la supremacía de Dios, confianza en Él.
Meditar:
Entramos en la meditación de lo leído, escuchemos las siguientes preguntas y después de un momento de silencio compartamos en comunidad. (Iniciar con un momento de silencio para que cada miembro de la comunidad descubra lo que le motiva en el corazón las siguientes preguntas y lo anteriormente leído, y compartirlo en comunidad)
- ¿Qué te llama la atención del texto?
- ¿Qué preguntas hace resonar el texto en tu corazón?
- ¿Consideras la voluntad de Dios en la planificación de tu vida?
- ¿A quién estás siguiendo en tus desiertos, al mundo, a ti mismo, al enemigo o a Dios?
Orar:
Entramos en oración, éste es el espacio para responder a la Palabra de Dios, para agradecer, pedir, discernir lo escuchado en el corazón, y dirigirse directamente al Padre Eterno en el nombre de Jesús que cumple, en medio de nosotros, lo que dijo en el Evangelio según San Mateo: "donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos" (Mt 18,20).
(Se promueve la participación de cada miembro de la comunidad en oración personal, en la que la comunidad se unirá con un "te lo pedimos Señor" o "te damos gracias, Señor")
- Padre Nuestro ...
- Dios te Salve María ...
- Gloria ...