sábado, 11 de noviembre de 2023

Hch012 - Iglesia de Jerusalén - Nueva persecución Hch 5,17-29

 Invocación al Espíritu Santo: 

Entremos en la presencia del Señor 

(hacer la señal de la cruz)

¡Espíritu Santo! con tu fortaleza lleva mi corazón ante Ti, y dame caridad con temor. Jesucristo líbrame de todo mal pensamiento, enciéndeme e inflámame de tu dulcísimo amor, para que toda pena me parezca ligera. Santo Padre nuestro y dulce Señor nuestro, sé mi ayuda en esta actividad, Cristo Amor, Cristo Amor, Amén. 

(oración Santa Catalina de Siena)

Lectura orante de la Palabra: 

Del libro de los Hechos de los Apóstoles. 

(Se debe leer pausadamente al menos dos veces, de ser posible por diferentes lectores)

 "17 Intervino entonces el Sumo Sacerdote con todos sus partidarios, los de la secta de los saduceos. Llenos de envidia,

18 hicieron arrestar a los Apóstoles y los enviaron a la prisión pública.

19 Pero durante la noche, el Ángel del Señor abrió las puertas de la prisión y los hizo salir. Luego les dijo:

20 «Vayan al Templo y anuncien al pueblo todo lo que se refiere a esta nueva Vida».

21 Los Apóstoles, obedecieron la orden, entraron al Templo en las primeras horas del día, y se pusieron a enseñar. Entre tanto, llegaron el Sumo Sacerdote y sus partidarios, convocaron al Sanedrín y a todo el Senado del pueblo de Israel, y mandaron a buscarlos a la cárcel.

22 Cuando llegaron los guardias a la prisión, no los encontraron. Entonces volvieron y dijeron:

23 «Encontramos la prisión cuidadosamente cerrada y a los centinelas de guardia junto a las puertas, pero cuando las abrimos, no había nadie adentro».

24 Al oír esto, el jefe del Templo y los sumos sacerdotes quedaron perplejos y no podían explicarse qué había sucedido.

25 En ese momento llegó uno, diciendo: «Los hombres que ustedes arrestaron, están en el Templo y enseñan al pueblo».

26 El jefe de la guardia salió con sus hombres y trajeron a los Apóstoles, pero sin violencia, por temor a ser apedreados por el pueblo.

27 Los hicieron comparecer ante el Sanedrín, y el Sumo Sacerdote les dijo:

28 «Nosotros les habíamos prohibido expresamente predicar en ese Nombre, y ustedes han llenado Jerusalén con su doctrina. ¡Así quieren hacer recaer sobre nosotros la sangre de ese hombre!».

29 Pedro, junto con los Apóstoles, respondió: «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres."

- Palabra de Dios. 

 Hechos 5,17-28  (Biblia El libro del Pueblo de Dios - Traducción argentina - CEA 1990)

R: - Te alabamos Señor.

Estructura del texto: 

  • Persecución por los saduceos y encarcelamiento de los Apóstoles 5,17-18.
  • Intervención angélica 5,19-25.
  • Reacción del Sanedrín 5,26-28.
  • Respuesta de los Apóstoles. 5,29.

Contexto:

(De ser posible túrnense cada punto con diferentes lectores, para que todos participen)

  • Esta persecución viene precedida del relato de los milagros que el Espíritu Santo realizaba a través de los Apóstoles en las primeras comunidades y de la historia de Ananías y Safira. 

  • Después de su Resurrección, los Apóstoles mantuvieron un respeto religioso hacia el Templo (Hch 2,46; 3,1; 5,20.21).

  • En esta segunda encarcelación de los Apóstoles tienen participación especial los saduceos, que era una secta político-religiosa naturalmente impopulares entre las masas debido a su marcada tendencia a estar en estrecha colaboración con el poder dominante, mientras que los exclusivos y patrióticos fariseos se convirtieron cada vez más en los líderes del pueblo. Entre las diferencias religiosas entre las dos partes se pueden mencionar que los saduceos negaban la resurrección, la inmortalidad del alma, y la existencia de los ángeles (Mt. 22,23; Mc. 12,18; Hch. 23,8).  Esta encarcelaciòn permitió una liberación milagrosa que demostró el poder del Espíritu Santo.

  • Lucas refiere que "los apóstoles hacían muchos milagros y prodigios en el pueblo (Hch 5,12), y cuenta detalladamente varios milagros realizados por Pedro (Hch 3,6ss; 9,32-42) y por Pablo (Hch14,8ss; 20,9ss). En sus cartas el mismo Pablo habla de los milagros que acompañaban a su predicación (2Co 12,12; Rm 15,19) y de los que Dios obraba en las comunidades cristianas (Ga 3,5 1Co 12,9s).

  • Los prodigios y los signos (Hch 2,22 .43; 4,16.22) son igualmente expresión de la presencia activa del Espíritu Santo y se ponen al lado de la "palabra" como apoyo y como demostración (Hch 4,29s; 8,6ss): son las curaciones (Hch 4,16.22.30) y los exorcismos (Hch 5,16; 8,7; 16,18). Realizados por los apóstoles, no son de ellos, sino de Dios (Hch 3,12), que de esta forma y por medio de ellos realiza su plan de salvación y su propia obra, o es también el mismo Jesús en acción (Hch 4,29s), sobre todo el "nombre" de Jesús (Hch 3,6ss.16; 4,10;12.29s).

  • Un aspecto importante que san Lucas pone de relieve es el hecho de que la palabra de Dios también crece y se consolida misteriosamente a través del sufrimiento y en un ambiente de oposiciones y persecuciones (Hch 4,1-31 ; 5,17-42). La palabra que san Lucas indica está llamada a transformarse, para cada generación, en un acontecimiento espiritual capaz de renovar la existencia. La vida cristiana, suscitada y sostenida por el Espíritu, es diálogo interpersonal que se funda precisamente en la palabra que nos dirige el Dios vivo, pidiéndonos que la acojamos, sin reservas, en la mente y el corazón. Se trata, en definitiva, de convertirse en discípulos dispuestos a escuchar con sinceridad y disponibilidad al Señor, siguiendo el ejemplo de María de Betania, que "eligió la mejor parte", porque, "sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra" (Lc10,38-42).

Meditar: 

Entramos en la meditación de lo leído, escuchemos las siguientes preguntas y después de un momento de silencio compartamos en comunidad. 

(Iniciar con un momento de silencio para que cada miembro de la comunidad descubra lo que le motiva en el corazón las siguientes preguntas y lo anteriormente leído, y compartirlo en comunidad)

  • ¿Qué te llama la atención del texto?
  • ¿Qué preguntas hace resonar el texto en tu corazón?
  • ¿Por qué la Palabra de Dios crece y se consolida en un ambiente de oposiciones y persecuciones?
  • ¿Estás dispuesto a escuchar con sinceridad y disponibilidad acogiendo sin reservas en la mente y el corazón la palabra de Dios?

Orar: 

Entramos en oración, éste es el espacio para responder a la Palabra de Dios, para agradecer, pedir, discernir lo escuchado en el corazón, y dirigirse directamente al Padre Eterno en el nombre de Jesús que cumple, en medio de nosotros, lo que dijo en el Evangelio según San Mateo:  "donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos" (Mt 18,20). 

(Se promueve la participación de cada miembro de la comunidad en oración personal, la comunidad se unirá con un "te lo pedimos Señor" o "te damos gracias, Señor")

Al finalizar todos de compartir su oración, el animador de la comunidad dirá: 

Oremos confiadamente al Padre la oración que Jesús enseñó a sus Apóstoles:
  • Padre Nuestro ...
  • Dios te Salve María ...
  • Gloria ...

Contemplar: 

Antes de terminar respondamos íntimamente estas preguntas.
¿Qué mirada nueva provoca en mí el texto?
¿Con cuál palabra o frase me quedaría para llevarla conmigo durante la semana?
¿Qué compromiso despierta en mí esta lectura?

Hacer vida la palabra:
Oremos esta semana por todos aquellos misioneros que están siendo perseguidos por el Evangelio de nuestro Señor, para que les sostenga a ellos y nos contagie a nosotros de su valentía para llevar su Palabra al que lo necesita.


Despedida. 
Acuérdense de orar los unos por los otros entre semana y hacer caridad a los que más lo necesitan en unión con su párroco.


Bibliografía:
- Aguirre Monasterio, Rafael; Rodríguez Carmona, Antonio. "Evangelios sinópticos y Hechos de los Apóstoles" Editorial Verbo Divino. 2003. Navarra, España.
-Beccarelli Ferrari, Gian Claudio. "Discípulos y misioneros. Según el evangelio de San Lucas". Publicaciones Paulinas SA DE CV. 2010. México
-Abajo, Florencio; García, Eugenio; García, Rocío; Vega, Irene; Velasco, Emilio; dirección de Guijarro, Santiago. "El Evangelio del Espíritu. Cuatro sesiones de formación sobre los hechos de los Apóstoles." Editorial Verbo Divino, 1998. Navarra, España.
- Carrillo Alday M.Sp. S, Salvador. "Los Hechos de los Apóstoles. Al impulso del Espíritu Santo" Instituto de Sagrada Escritura. 1997. México.
- Biblia Clerus. 1994-2010 Congregatio pro Clericis
-Decreto Ad Gentes. Sobre la actividad misionera de la Iglesia. Roma, en San Pedro, 7 de diciembre de 1965. San Pablo VI  https://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_decree_19651207_ad-gentes_sp.html
-Homilia de San Juan Pablo II del 27 de mayo de 1979.
-CEC Catecismo de la Iglesia Católica  - https://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.html
-Constitución Dogmática sobre la Iglesia - Lumen Gentium - 19- 21. Nov.1964 Vaticano II

domingo, 5 de noviembre de 2023

Hch011 - Iglesia de Jerusalén - Ananías y Safira y milagros de los Apóstoles Hch 5,1-16

Invocación al Espíritu Santo: 

Entremos en la presencia del Señor 

(hacer la señal de la cruz)

¡Espíritu Santo! con tu fortaleza lleva mi corazón ante Ti, y dame caridad con temor. Jesucristo líbrame de todo mal pensamiento, enciéndeme e inflámame de tu dulcísimo amor, para que toda pena me parezca ligera. Santo Padre nuestro y dulce Señor nuestro, sé mi ayuda en esta actividad, Cristo Amor, Cristo Amor, Amén. 

(oración Santa Catalina de Siena)

Lectura orante de la Palabra: 

Del libro de los Hechos de los Apóstoles. 

(Se debe leer pausadamente)

 "1 Un hombre llamado Ananías, junto con su mujer, Safira, vendió una propiedad,

2 y de acuerdo con ella, se guardó parte del dinero y puso el resto a disposición de los Apóstoles.

3 Pedro le dijo: «Ananías, ¿por qué dejaste que Satanás se apoderara de ti hasta el punto de engañar al Espíritu Santo, guardándote una parte del dinero del campo?

4 ¿Acaso no eras dueño de quedarte con él? Y después de venderlo, ¿no podías guardarte el dinero? ¿Cómo se te ocurrió hacer esto? No mentiste a los hombres sino a Dios».

5 Al oír estas palabras, Ananías cayó muerto. Un gran temor se apoderó de todos los que se enteraron de lo sucedido.

6 Vinieron unos jóvenes, envolvieron su cuerpo y lo llevaron a enterrar.

7 Unas tres horas más tarde, llegó su mujer, completamente ajena a lo ocurrido.

8 Pedro le preguntó: «¿Es verdad que han vendido el campo en tal suma?». Ella respondió: «Sí, en esa suma».

9 Pedro le dijo: «¿Por qué se han puesto de acuerdo para tentar así al Espíritu del Señor? Mira junto a la puerta las pisadas de los que acaban de enterrar a tu marido; ellos también te van a llevar a ti».

10 En ese mismo momento, ella cayó muerta a sus pies; los jóvenes, al entrar, la encontraron muerta, la llevaron y la enterraron junto a su marido.

11 Un gran temor se apoderó entonces de toda la Iglesia y de todos los que oyeron contar estas cosas.

12 Los Apóstoles hacían muchos signos y prodigios en el pueblo. Todos solían congregarse unidos en un mismo espíritu, bajo el pórtico de Salomón,

13 pero ningún otro se atrevía a unirse al grupo de los Apóstoles, aunque el pueblo hablaba muy bien de ellos.

14 Aumentaba cada vez más el número de los que creían en el Señor, tanto hombres como mujeres.

15 Y hasta sacaban a los enfermos a las calles, poniéndolos en catres y camillas, para que cuando Pedro pasara, por lo menos su sombra cubriera a alguno de ellos.

16 La multitud acudía también de las ciudades vecinas a Jerusalén, trayendo enfermos o poseídos por espíritus impuros, y todos quedaban curados."

- Palabra de Dios. 

 Hechos 5,1-16  (Biblia El libro del Pueblo de Dios - Traducción argentina - CEA 1990)

R: - Te alabamos Señor.

Estructura del texto:

  • Ananías y Safira 5,1-11
  • Milagros de los Apóstoles 5,12-16

Contexto:

(De ser posible túrnense cada punto con diferentes lectores, para que todos participen)

  • "¡Una buena nueva que empieza con dos cadáveres! Resulta extraña la historia de Ananías y Safira. De momento, bastará con ver el papel que este episodio desempeña en el conjunto. El pecado de Ananías y Safira se presenta como el primer pecado en la nueva comunidad. En cuanto tal, nos plantea el problema de la persistencia del mal en la iglesia: esta comunidad de la nueva alianza no se ve todavía libre del pecado. Por consiguiente, a través de este acto vemos que sigue siendo real la lucha entre Satanás y el Espíritu (los dos verdaderos actores de este drama), y que este pecado de Ananías y de Safira se convierte en el símbolo de todo pecado, algo así como el pecado original de esta nueva creación." (Pbro. Mario Montes M).
  • En este texto contemplamos el "poder que da el Espíritu para discernir lo oculto. Pedro no estaba presente cuando Ananías y Safira vendieron sus posesiones. Pero estaba presente por el Espíritu, y dijo: "¿Cómo es que Satanás llenó tu corazón para mentir al Espíritu Santo?" (Hch 5,3). No era acusador ni tampoco testigo. ¿De dónde había llegado a conocer el hecho? "¿Es que mientras lo tenías no era tuyo, y una vez vendido no podías disponer del precio? ¿Por qué determinaste en tu corazón hacer esto?" (Hch 5,4). Un hombre iletrado, Pedro, supo por la gracia del Espíritu lo que ni siquiera los mismos sabios de los griegos habían llegado a conocer." (San Cirilo Catequesis XVI El Espíritu Santo).
  • "podemos sacar dos conclusiones: la primera, la de no idealizar de tal manera aquellos primeros tiempos de la Iglesia, que nos creamos, al compararnos con ellas, unas comunidades cristianas de segundo orden; no debemos pensar que desde aquellos comienzos, que se alcanzaron alturas sublimes de comportamiento de cristianismo y que, por el contrario, hemos ido decayendo hasta el momento actual. La segunda, convencernos y esforzarnos para que las comunidades cristianas lleguen a una comunicación de bienes, según las formas sociales y económicas adecuadas en cada situación histórica y en cada época." (Pbro. Mario Montes M.)
  • "El mensaje teológico está claro. No es tanto un reproche a la actitud de no compartir todos los bienes, lo cual era lícito y no estaba tan mal visto, como lo podemos deducir de la complicada expresión de Hech 5,4, en boca de Pedro: “¿Acaso no eras dueño de quedarte con él? Y después de venderlo, ¿no podías guardarte el dinero?”. Esto demuestra que se podía vender o no; y que, incluso una vez vendido, uno podía quedarse con la cantidad que quisiera. Lo realmente malo en la conducta de este funesto matrimonio, es pretender engañar a la comunidad y aparentar ser mejor de lo que se es. Además de la soberbia o presunción que lleva consigo esta actitud, hay en ella un principio que daña seriamente la unidad y confianza de la comunidad cristiana. Por eso aparece un castigo tan radical. Su gesto hipócrita atenta contra las bases del amor mutuo al no proceder con corazón honrado y con sincera humildad." (Pbro. Mario Montes M)

Meditar: 

Entramos en la meditación de lo leído, escuchemos las siguientes preguntas y después de un momento de silencio compartamos en comunidad. 

(Iniciar con un momento de silencio para que cada miembro de la comunidad descubra lo que le motiva en el corazón las siguientes preguntas y lo anteriormente leído, y compartirlo en comunidad)

  • ¿Qué te llama la atención del texto?
  • ¿Qué preguntas hace resonar el texto en tu corazón?
  • ¿Qué mueve nuestras intenciones para hacer el bien? ¿La voluntad de Dios o la acogida del mundo?
  • ¿Creemos lo que leemos, proclamamos lo que creemos, practicamos lo que proclamamos?

Orar: 

Entramos en oración, éste es el espacio para responder a la Palabra de Dios, para agradecer, pedir, discernir lo escuchado en el corazón, y dirigirse directamente al Padre Eterno en el nombre de Jesús que cumple, en medio de nosotros, lo que dijo en el Evangelio según San Mateo:  "donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos" (Mt 18,20).

(Se promueve la participación de cada miembro de la comunidad en oración personal, la comunidad se unirá con un "te lo pedimos Señor" o "te damos gracias, Señor")

Al finalizar todos de compartir su oración, el animador de la comunidad dirá:

Oremos confiadamente al Padre la oración que Jesús enseñó a sus Apóstoles:
  • Padre Nuestro ...
  • Dios te Salve María ...
  • Gloria ...

Contemplar: 

Antes de terminar respondamos íntimamente estas preguntas.
¿Qué mirada nueva provoca en mí el texto?
¿Con cuál palabra o frase me quedaría para llevarla conmigo durante la semana?
¿Qué compromiso despierta en mí esta lectura?

Hacer vida la palabra:
Durante esta semana contemplemos las intenciones de nuestro corazón y desterremos de él toda intención que desagrade a Dios, o desintonice con el Amor para el que nos ha hecho sus hijos adoptivos en Cristo.


Despedida. 
Acuérdense de orar los unos por los otros entre semana y hacer caridad a los que más lo necesitan en unión con su párroco.


Bibliografía:
- Aguirre Monasterio, Rafael; Rodríguez Carmona, Antonio. "Evangelios sinópticos y Hechos de los Apóstoles" Editorial Verbo Divino. 2003. Navarra, España.
-Beccarelli Ferrari, Gian Claudio. "Discípulos y misioneros. Según el evangelio de San Lucas". Publicaciones Paulinas SA DE CV. 2010. México
-Abajo, Florencio; García, Eugenio; García, Rocío; Vega, Irene; Velasco, Emilio; dirección de Guijarro, Santiago. "El Evangelio del Espíritu. Cuatro sesiones de formación sobre los hechos de los Apóstoles." Editorial Verbo Divino, 1998. Navarra, España.
- Carrillo Alday M.Sp. S, Salvador. "Los Hechos de los Apóstoles. Al impulso del Espíritu Santo" Instituto de Sagrada Escritura. 1997. México.
- Biblia Clerus. 1994-2010 Congregatio pro Clericis
- Sagradas Escrituras: Ananías y Safira. Por EL Pbro. Mario Montes M. Enero 11 del 2022. ECOCATOLICO.org / https://www.ecocatolico.org/formacion-y-espiritualidad/sagradas-escrituras/item/1428-sagradas-escrituras-ananias-y-safira
Decreto Ad Gentes. Sobre la actividad misionera de la Iglesia. Roma, en San Pedro, 7 de diciembre de 1965. San Pablo VI  https://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_decree_19651207_ad-gentes_sp.html
-Homilia de San Juan Pablo II del 27 de mayo de 1979.
-CEC Catecismo de la Iglesia Católica  - https://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.html
-Constitución Dogmática sobre la Iglesia - Lumen Gentium - 19- 21. Nov.1964 Vaticano II