Invocación al Espíritu Santo:
Entremos en la presencia del Señor
(hacer la señal de la cruz)
¡Espíritu Santo! con tu fortaleza lleva mi corazón ante Ti, y dame caridad con temor. Jesucristo líbrame de todo mal pensamiento, enciéndeme e inflámame de tu dulcísimo amor, para que toda pena me parezca ligera. Santo Padre nuestro y dulce Señor nuestro, sé mi ayuda en esta actividad, Cristo Amor, Cristo Amor, Amén.
(oración Santa Catalina de Siena)
Lectura orante de la Palabra:
Del libro de los Hechos de los Apóstoles.
(Se debe leer pausadamente)
" 19 Mientras tanto, los que se habían dispersado durante la persecución que se desató a causa de Esteban, llegaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, y anunciaban la Palabra únicamente a los judíos.
20 Sin embargo, había entre ellos algunos hombres originarios de Chipre y de Cirene que, al llegar a Antioquía, también anunciaron a los paganos la Buena Noticia del Señor Jesús.
21 La mano del Señor los acompañaba y muchos creyeron y se convirtieron.
22 Al enterarse de esto, la Iglesia de Jerusalén envió a Bernabé a Antioquía.
23 Cuando llegó y vio la gracia que Dios les había concedido, él se alegró mucho y exhortaba a todos a permanecer fieles al Señor con un corazón firme.
24 Bernabé era un hombre bondadoso, lleno de Espíritu Santo y de mucha fe. Y una multitud adhirió al Señor.
25 Entonces partió hacia Tarso en busca de Saulo,
26 y cuando lo encontró, lo llevó a Antioquía. Ambos vivieron todo un año en esa Iglesia y enseñaron a mucha gente. Y fue en Antioquía, donde por primera vez los discípulos recibieron el nombre de «cristianos».
27 En esos días, unos profetas llegaron de Jerusalén a Antioquía.
28 Uno de ellos, llamado Agabo, movido por el Espíritu, se levantó y anunció que el hambre asolaría toda la tierra. Esto ocurrió bajo el reinado de Claudio.
29 Los discípulos se decidieron a enviar una ayuda a los hermanos de Judea, cada uno según sus posibilidades.
30 Y así lo hicieron, remitiendo las limosnas a los presbíteros por intermedio de Bernabé y de Saulo."
- Palabra de Dios.
Hechos 11,19-30. (Biblia El libro del Pueblo de Dios - Traducción argentina - CEA 1990)
Estructura del texto:
- Fundación de la Iglesia de Antioquía. vv. 19 - 26.
- Bernabé y Saulo, delegados para ir a Jerusalèn. vv. 27 - 30
Contexto:
(De ser posible túrnense cada punto con diferentes lectores, para que todos participen)
- "En estos tres elementos hay una nueva gradación. El pan remite a la vida cotidiana. Es el don fundamental de la vida diaria. El vino evoca la fiesta, la exquisitez de la creación y, al mismo tiempo, con el que se puede expresar de modo particular la alegría de los redimidos. El aceite de oliva tiene un amplio significado. Es alimento, medicina, embellece, prepara para la lucha y da vigor. Los reyes y sacerdotes son ungidos con óleo, que es signo de dignidad y responsabilidad, y también de la fuerza que procede de Dios. El misterio del aceite está presente en nuestro nombre de “cristianos”. En efecto, la palabra “cristianos”, con la que se designaba a los discípulos de Cristo ya desde el comienzo de la Iglesia que procedía del paganismo, viene de la palabra “Cristo” (cf. Hch11,20-21), que es la traducción griega de la palabra “Mesías”, que significa “Ungido”. Ser cristiano quiere decir proceder de Cristo, pertenecer a Cristo, al Ungido de Dios, a Aquel al que Dios ha dado la realeza y el sacerdocio. Significa pertenecer a Aquel que Dios mismo ha ungido, pero no con aceite material, sino con Aquel al que el óleo representa: con su Santo Espíritu. El aceite de oliva es de un modo completamente singular símbolo de cómo el Hombre Jesús está totalmente colmado del Espíritu Santo." (Homilía de Benedicto XVI del 1 de abril de 2010).
- ..."seamos "cristianos", es el primer manantial de nuestra alegría, de nuestro noble y sereno orgullo, de nuestra unión y comunión. "¡Cristiano!": ¡Qué significado tan grande tiene esta palabra y qué riqueza contiene! Los discípulos fueron llamados por vez primera cristianos, en Antioquía, como leemos en los Hechos de los Apóstoles, cuando describen los sucesos del período apostólico en aquella ciudad (cf. Hch 11,26). Cristianos son los que han recibido el nombre de Cristo; los que llevan en sí su misterio; los que le pertenecen con su humanidad entera; los que con plena conciencia y libertad "consienten" que El grabe en su ser humano la dignidad de hijos de Dios. ¡Cristianos!" (Homilía de San Juan Pablo II del 10 de diciembre de 1978)
Meditar:
Entramos en la meditación de lo leído, escuchemos las siguientes preguntas y después de un momento de silencio compartamos en comunidad.
(Iniciar con un momento de silencio para que cada miembro de la comunidad descubra lo que le motiva en el corazón las siguientes preguntas y lo anteriormente leído, y compartirlo en comunidad)
- ¿Qué te llama la atención del texto?
- ¿Qué preguntas hace resonar el texto en tu corazón?
- ¿Cómo llevar el misterio de Cristo al mundo, su vida, su mensaje, su amor?
- ¿Cómo valoras y asumes la responsabilidad de llamarte "cristiano"?
Orar:
Entramos en oración, éste es el espacio para responder a la Palabra de Dios, para agradecer, pedir, discernir lo escuchado en el corazón, y dirigirse directamente al Padre Eterno en el nombre de Jesús que cumple, en medio de nosotros, lo que dijo en el Evangelio según San Mateo: "donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos" (Mt 18,20).
(Se promueve la participación de cada miembro de la comunidad en oración personal, la comunidad se unirá con un "te lo pedimos Señor" o "te damos gracias, Señor")
- Padre Nuestro ...
- Dios te Salve María ...
- Gloria ...